Por Comité de Redacción Periódico El Pueblo
Sostenido en sus propias fuerzas, los combatientes y masas palestinas en Gaza han conseguido levantar un frente para resistir y combatir a las fuerzas de ocupación sionista-israelí y dar un golpe militar y político el 7 de octubre de 2023, en una acción heroica que impactó profundamente en la situación mundial.
El bombardeo norteamericano del 21 de junio sobre Irán, precedido de la agresión sionista-israelí, permiten hacernos un panorama del nivel de militarización que va alcanzando la sociedad contemporánea. Los imperialistas yanquis buscan resolver las contradicciones con otros imperialismos sobre la base de preservar su condición de superpotencia hegemónica única, al mismo tiempo que, con ellos, pugna o se colude según sea la situación. Así actúan los imperialismos respecto a Irán, en colusión y pugna. Tanto para manejar el estrecho de Ormuz y la salida de crudo y gas al resto del mundo o bien para asegurar su hegemonía sobre Europa y el resto de potencias, vulnerando para ello el derecho internacional que ellos mismos han levantado.
El orden mundial imperialista es azote contra los pueblos y naciones oprimidos
El ataque a Irán nos da una dimensión de la incapacidad del imperialismo yanqui de utilizar a su perro de caza sionista para hacer un efectivo control en el medio oriente, teniendo que involucrarse directamente. Sin embargo para dominar Irán tendrán necesariamente que ocuparlo, a fin de ejercer un dominio sin contrapeso sobre la extensa zona del indopacífico. Una eventual ocupación de Irán, sobre la base del derrocamiento del actual régimen, es una cuestión clave para EEUU en función de restablecer una base sólida para el dominio y control de toda la región, tal como era hasta 1979. Con este movimiento sobre Irán, EE.UU. patea la mesa de negociaciones e impone los términos de éstas a Rusia y China, que hasta el momento solo han hecho declaraciones y llamamientos estériles, pero nada en el campo de batalla. Igualmente las potencias europeas que se postran detrás de la superpotencia.
Pero tal como viene ocurriendo en todo el Oriente Medio, la agresión yanqui-sionista no hace más que despertar más la ira y levantar en lucha a los pueblos oprimidos que han demostrado que no quieren seguir siendo el terreno económico donde las potencias y superpotencia se disputen la hegemonía mundial.
Ejemplo de esta lucha es la heroica resistencia palestina que en medio de grandes sacrificios y dificultades ha logrado construir una gran alianza contra sus principales enemigos. La resistencia palestina se ha transformado en una gran roca en el zapato imperialista y un ejemplo de lucha sin cuartel contra los enemigos de los pueblos del mundo.
La resistencia palestina generó una nueva situación
Sostenido en sus propias fuerzas, los combatientes y masas palestinas en Gaza han conseguido levantar un frente para resistir y combatir a las fuerzas de ocupación sionista-israelí y dar un golpe militar y político el 7 de octubre de 2023, en una acción heroica que impactó profundamente en la situación mundial.
Con la Inundación de Al-Aqsa quedó demostrado una vez más que la sofisticación técnica jamás reemplazará el papel del hombre en la guerra, jamás reemplazará una justa y correcta línea militar y la estrategia y táctica respectivas.
Esta alianza de las distintas fuerzas palestinas dispuestas a combatir por la liberación nacional ha tenido un enorme impacto en la situación mundial. La acción del 7 de octubre no solo demostró que por más equipamiento militar que tengan, los enemigos del pueblo son vulnerables y pueden ser golpeados, sino que repercutió al punto de desbaratar los planes estadounidenses por conseguir un “acuerdo de paz histórico” entre Israel y Arabia Saudita para que se reconociera al estado sionista como el gendarme de los pueblos árabes en el levante mediterráneo. Por otra parte, la acción genocida de las fuerzas de ocupación israelíes, el abierto respaldo del imperialismo yanqui y la inacción de las demás potencias imperialistas ha levantado el creciente repudio mundial hacia Israel, impulsando todo tipo de expresiones de solidaridad de los pueblos del mundo hacia el pueblo palestino.
Con la operación Inundación de Al Aqsa, se ha hecho estallar en mil pedazos la capitulación impuesta por los espurios Acuerdos de Oslo, firmados por la oportunista Organización para la Liberación de Palestina (OLP) e Israel, según el plan del gobierno imperialista norteamericano presidido por Bill Clinton, a mediados de la década de los 90. Han volado también los intentos recientes de los capitulacionistas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que mendigaron a Arabia Saudita que arranque concesiones a Israel a favor de la causa palestina.
Es saltante también la estrecha vinculación de los combatientes con las masas palestinas, sin lo cual sería imposible la lucha guerrillera. Esto queda bien demostrado con el hecho que al ejército genocida de Israel le ha sido imposible da con el paradero de los rehenes capturados el 7 de octubre, aun bajo el bombardeo continuo y la ocupación del territorio.
Esta experiencia no puede sino servir de ejemplo en la perspectiva de la lucha revolucionaria en nuestro propio país.
La unidad en la lucha antiimperialista: un imperativo para los revolucionarios
Las fuerzas revolucionarias en nuestro país necesitan encontrar también el camino para actuar unidas bajo un mismo programa, para combatir a un mismo enemigo: el principal enemigo de todos los pueblos del mundo, el imperialismo yanqui. Esta es una de las lecciones que podemos extraer de la experiencia palestina. La lucha revolucionaria no puede avanzar mientras no aprendamos de la resistencia palestina la importancia de saber hacer causa común frente a un mismo enemigo.
Para esta unidad, es de suma importancia deslindar campos con el camino oportunista, con el camino burocrático electoral, identificar a los grandes enemigos del proletariado y pueblo chileno es decir la gran burguesía, esta clase intermediaria del imperialismo yanqui principalmente.
Las ilusiones constitucionales, el cretinismo parlamentario y el circo electoral jamás serán el camino del pueblo, al contrario, forman parte de la agenda imperialista de una cada vez más desprestigiada demoliberalidad. Una necesaria lucha contra las elecciones forma parte de la lucha antiimperialista, siguiendo con ello la tendencia del pueblo a no votar en ellas.
La semifeudalidad, los grandes terratenientes, son el atraso en el campo chileno y también impacta en la ciudad. Son uno de los principales sostenes de la dominación imperialista en nuestro país. Podemos y debemos unirnos contra el imperialismo desplegando una intensa campaña para dar a conocer la naturaleza profundamente reaccionaria de este enemigo del pueblo, sin descuidar, eso si, los otros imperialismos que asechan nuestro país. Pero insistir que jamás, pero ni tan solo un milímetros, moveremos al imperialismo con ensayos constitucionales o elecciones, porque ha sido el propio EE.UU. quien impuso estos instrumentos de dominio político a través del gobierno fascista de Pinochet, como medio para conjurar los riesgos de una revolución hacia fines de la década de 1980. Cambian los gobiernos y la dictadura de la gran burguesía y de grandes terratenientes sigue, siguen al servicio del saqueo y dominación imperialista.
El gobierno de Boric prosigue hoy la línea capitulacionista y entreguista de los gobiernos precedentes. Vive de rodillas y gesticula bravatas, incapaz de erguirse, pero siempre prepotente se ha cebado reprimiendo a las masas que se levantan en lucha por trabajo, salario, vivienda, tierra, salud y educación. El gobierno de Boric forma parte del frente proyanqui de lacayos que viven arrodillados ante el imperialismo. ¡Gobierno vergonzante!
El imperialismo yanqui, nada bueno puede aportar a nuestros países, solo más atraso, monopolismo, parasitismo, esto es lo viejo, lo que se debe barrer.
Lo nuevo nacerá de la lucha revolucionaria del pueblo contra sus principales enemigos, lo nuevo nacerá de una ola creciente de rechazo contra el imperialismo norteamericano y ese gobierno decadente de Trump y sus ambiciones ilimitadas, pues ilimitada es la necesidad de capitales y por tanto de saqueo del mundo para la gran burguesía imperialista yanqui.
Nuestro pueblo debe unirse en un solo haz de lucha decidida por expulsar el enemigo principal de los pueblos del mundo y derribar a sus enemigos internos.
Si los combatientes y masas palestinas han conseguido hacerlo en las más duras condiciones que les impone la ocupación sionista-israelí, sostenida por el imperialismo yanqui, no hay excusa para que los luchadores de la ciudad y del campo, mapuche y no mapuche, podamos hacerlo en Chile.